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    1991 Mi primer trabajo

    Mi primer trabajo de verdad, con apenas 20 años, fue una suplencia de verano cogiendo el teléfono en una multinacional. ¿Por qué me eligieron a mí? No tenía experiencia y no tenía idiomas, pero podía programar …

    Y LLEGÓ EL PRIMER ORDENADOR a esta empresa; cambiaron la máquina de escribir de la recepcionista por el ordenador del Director Internacional. (El único ordenador que había en la empresa y habían traído de Estados Unidos).

    Buscaron a una recepcionista con idiomas y al mes dejé de ser recepcionista para ser la Secretaria de Dirección.

    LA INFORMATIZACIÓN DE LA EMPRESA

    El objetivo del Gerente era informatizar la empresa y capacitar a todos los directivos para ser una empresa moderna y muy competitiva a nivel internacional. Y como todo lo que se proponía lo consiguió.

    Había una máquina de escribir por departamento que solo usaba la secretaria correspondiente, pero con el cambio de sede de la empresa se cambiaron las máquinas por ordenadores para todos. La informatización de la empresa hizo crear el Departamento de Informática, con los primeros licenciados de este país. (Hace más de 30 años).

    Se organizó una formación a un nivel brutal (lo que hoy llamamos MASTER) para el cuadro directivo: economía de empresa, comercio internacional, publicidad y marketing.

    Y además de toda esta formación, para mi puesto se dispuso a una profesora nativa inglesa para que antes de comenzar a trabajar tuviese una clase de inglés comercial a diario. Además del Curso de Protocolo que me encantó.

    La formación se realizaba fuera del horario laboral, de lunes a jueves en las tres horas de la comida, y los viernes al medio día bajaba al Departamento Técnico donde mis compañeros delineantes me dejaban utilizar la mesa de diseño a cambio de que les ayudase con el AutoCad.

    Mi jefe, el Director General, pasó a ser Vicepresidente de la compañía y yo pasé a ser Secretaria de Vicepresidencia (tenía 24 años y la formación y experiencia para abordar el puesto).

    Demasiado joven y excesivamente preparada

    Mi primer trabajo me permitió acceder a una formación tan bestial que nunca hubiera conseguido estudiando en la Universidad. La experiencia obtenida en la alta dirección, la capacidad para organizar equipos de trabajo, el planificar tiempos y procesos para que cualquier proyecto se lleve a buen fín y la resistencia al estrés y la presión, sentaron las bases de la persona que hoy soy.

    Fueron 5 años magníficos donde cambié la época universitaria que por edad me hubiese tocado por la actividad empresarial al más alto nivel.

    Era una joven de 25 años en medio de ejecutivos de 50 que para aguantar el ritmo necesitaban ayudarse de polvitos blancos que empezaron a aparecer de forma gratuita por todos los despachos.