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    2001 Una vida en tus manos

    Vértigo, te despiertas y te aplasta al pecho una masa caliente que depende de ti para vivir. El trozo de carne huele a sangre y apenas se mueve. El color morado y los ojos hinchados cerrados, no es nada maravilloso. Pero eso es tu hija y está respirando. Lo milagroso del momento es que tu mente borra este cuadro de tu memoria y lo trasforma en una linda bebé con una sonrisa perfecta y una piel suave y sonrosada. MENTIRA!!! lo que crees que ves es lo que te han contado pero la realidad es un ser aún sin formar de un olor apestoso que chilla como un demonio.

    • LLoré porque me reventaron la costillas para que ella saliese,
    • lloré porque me pareció un verdadero milagro que un ser hubiese estado viviendo dentro de mí
    • lloré porque ya no lo podría proteger con mi cuerpo y mi mente
    • lloré porque ahora ya no me pertenecía
    • lloré porque su libertad me dejaba vacía

    Después de descansar, te llevan a tu hija limpita, y empiezas a mirarla de otra manera. Ya te vas fijando en sus manitas, en los brazos, en la piel, la tripita, el ombligo, la espalda, las piernas, los deditos de los pies… Reconciliada de nuevo con la nueva vida tu cerebro ya ha escondido la rabia y empieza a brotar la compasión, y el olor de tu hija deja que aflore el amor. El olor de su piel te pertenece de nuevo y te reconcilias con ella y con el mundo.

    La mamá sin nombre

    La dependencia de tu persona te absorbe la energía, te chupa la vida y a partir de ahora te secuestra tu nombre, ya no te llamas Laura, ahora eres la mamá de Laura, ya no eres mujer, ahora eres madre…. es brutal el cambio de rol que sufres.

    La mamá invisible

    Cuando vas a comprar con tu bebé, te preguntan que tal está la niña, y tu te has vuelto invisible … Es una época de dejadez absoluta porque cuando te sientes invisible, tu aspecto es lo de menos, la camiseta de el lunes con el vómito en el hombro, sirve para el martes, miércoles, jueves, si el viernes lavas la ropa pues ya de paso revisas y descubres 3 vomitonas OHH y que problema hay? Se lava y listo.

    La mamá sin identidad

    La ropa define a la persona, por lo que llevamos puesto nos identifican o se pueden hacer un primera impresión. Y aunque no queramos refleja el estado de ánimo. Pues bien, cuando eres mamá la ropa te importa una mierda, te pones lo que por talla te entra y punto. Te has quedado gorda, con las carnes blandas, estrías en pecho, abdomen y muslos, y encima si tienes mucha suerte te han salido caries y se te cae el pelo. ¿Te vas a ir de compras? Pues NO.

    Si no te ha entrado la depresión postparto eres una privilegiada. Un aplauso!!!!