Saltar al contenido
    Portada » Contenidos » 1998 En la cueva

    1998 En la cueva

    El local donde trabajaba esta ubicado en los bajos de un edificio señorial. La parte de viviendas tenían un señor en la portería muy amable y serio; las escaleras y el pasillo que llevaban hasta las oficinas eran oscuras y tétricas, el olor a humedad y gasolina que subía de los garajes tampoco añadían glamour al momento de entrar a trabajar. A las 8.30h había que fichar.

    Bajando las escaleras encontrabas una puerta con el letrero de la empresa, una chapa oxidada del tamaño de una galleta Chiquilín. A su derecha, otra puerta con otro cartel diminuto donde ponía «sin salida», detrás un pasillo con una estrecha estantería con pequeños cajones llenos de repuestos, arandelas, tornillos, cables […]

    La puerta de entrada a la oficina estaba en el centro, a su izquierda un pasillo con varias puertas todas cerradas, y la última puerta la del despacho del dueño de la empresa

    Y continuó: Veo que está casada, ¿tiene usted pensado tener hijos? – Si se refiere Ud. a quedarme embarazada pronto, la respuesta es no. Pero como por edad podría ser, no se preocupe, que si eso pasa yo le aviso.